Cris Valencia, el reguetonero que antes olía a calle y ahora a sala de recuperación, sorprendió a todos con un cambio de look que grita “nuevo yo, nueva nariz”. A través de sus redes sociales —donde el ego y el drama comparten espacio—, mostró cómo pasó del “parcero con flow” al “Ken con trauma resuelto”.
El cierre de ciclos más literal del año
La transformación incluyó una rinoplastia y una otoplastia, cortesía del bisturí bendito del cirujano Luis Devoz. Según el doctor, no fue solo por estética, sino porque el muchacho “no respiraba bien”. Lo curioso es que el aire empezó a faltarle justo después de una ruptura con una modelo rusa y muchos comentarios de que parecía un Funko Pop en HD.
El internet no perdona
Las redes, como siempre, reaccionaron con el cariño típico del colombiano promedio: mitad admiración, mitad bullying. Algunos dijeron que quedó regio, otros que quedó Lady Tabares versión deluxe. Y bueno, en este país eso es casi un piropo.
Despecho, bisturí y reguetón
El cambio llegó justo después de romper con Yana Karpova, su ex rusa que lo acompañó en La Casa de los Famosos. Y como todo buen artista emocionalmente destruido, sacó un sencillo titulado “Chao Despechado”, que suena como si lo hubiera grabado mientras lloraba en la camilla y firmaba la factura del cirujano.
¿Renovado o reconstruido?
Con la nariz alineada, las orejas discretas y el corazón parchado a punta de autotune, Cris ahora dice que está listo para consolidarse como referente urbano. No sabemos si lo logrará, pero de que tiene nueva cara para la portada de Spotify, la tiene.