Pero le duró lo que dura una story
El regreso de Karina García a La Casa de los Famosos Colombia 2025 no fue como concursante, pero sí como vehículo oficial del caos emocional. Entró sonriendo, saludando, muy “namasté”... pero bastaron 30 minutos y una copa en la mano para que el ambiente pasara de brunch a funeral con reguetón.
Invitada, pero con corona
Aunque no compite, Karina volvió con privilegios que ni los semifinalistas: fiesta VIP, brunch dominguero, y cinco preguntas personalizadas para desestabilizar a quien ella elija. Es decir, la dejaron entrar como visita y se sentó en el trono a mover fichas. ¿Y quién le dio tanto poder? El Jefe, ese ente místico que parece disfrutar viendo el mundo arder.
Reacciones: del entusiasmo a la incomodidad con cara de "me vale"
Mientras La Jesuu y Altafulla le echaron el cuento y el abrazo, otros no disimularon la cara de “¿y esta qué hace aquí?”: Melissa Gate ya tenía suficiente drama con sus uñas postizas, y Emiro Navarro la recibió con la frialdad con que se sirve un tinto sin azúcar.
Emiro incluso le lanzó una pulla de esas que se hacen pasar por consejo: “me parece que dejaste mal parado a Altafulla”. Traducción: “tu relación fue el equivalente a ponerle crocs a un traje de gala”.
Altafulla, atrapado en el triángulo más innecesario del reality
El cantante ha sido diplomático, como siempre. Pero entre miradas evasivas, risas nerviosas y evasivas tipo “yo la quiero mucho, pero…”, se nota que está más tenso que el rating de un domingo sin polémica. Y mientras tanto, Karina lo observa como quien evalúa si le hace una escena o un post.